Hace muchos años una sabia anciana vivía en la ladera del monte Pagoeta, junto a un bosque enorme de hayas. Vivía en un viejo y pequeño caserío, rodeada de sus animales: unas cuantas vacas, de las cuales obtenía leche; unas gallinas que ponían huevos y un burro que la acompañaba allí donde iba. Trabajaba una pequeña huerta, de las que recogía todo tipo de hortalizas para comer. Junto a la huerta tenía varios árboles frutales como manzanos, cerezos o nísperos. Iba al bosque a recoger castañas, y también hierbas,que ella sabía utilizar para curar distintas dolencias. De vez en cuando, cuando llenaba sus cestos de hortalizas, frutas, huevos y leche caminaba con su burro cargado, monte arriba y monte abajo, para ir al pueblo más cercano a vender su género y a comprar lo que ella necesitara. Un año de muy mal tiempo cayó una enorme tormenta que arrasó con toda su cosecha y la de sus vecinos. Y la anciana quedó sin nada que llevarse a la boca. Cuenta la leyenda que la anciana sobrevivió no se sabe como a aquel duro año, y desde entonces subía todos los años a la cima del monte Pagoeta y mirando al cielo rezaba y cantaba a la Madre Naturaleza para proteger la cosecha se la tormenta.